El famoso síndrome del impostor y cómo lidiar con él

Me da miedo no ser suficientemente buena/o...

Me da miedo lo que la gente vaya a opinar sobre mi trabajo...

Me da miedo que la gente vaya a criticar o peor aún, ignorar mi trabajo...

Me da miedo que no quieran pagarme lo que considero que vale mi trabajo...

Me da miedo no tener suficiente conocimiento y/o habilidades para hacer cierto tipo de proyecto...

Etc.

Etc.

Etc.

¿Te identificaste con alguna de estas frases? ¿Con todas? 


El famoso síndrome del impostor, es esta sensación de que no mereces estar donde estás, de que no eres lo suficientemente bueno y que tus éxitos o todo lo bueno que te pasa es producto de la suerte. Te sientes como un impostor (de ahí el nombre) y sientes que en cualquier momento te pueden “descubrir” y se va a acabar todo…


Antes que nada déjame decirte que no estás sólo/a. Según un artículo del International Journal of Behavioral Science, al menos el 70% de las personas experimentan este tipo de sentimientos en algún punto de sus vidas. Por eso, te quiero compartir 3 cosas muy puntuales que me ayudan a mí a enfrentar el síndrome del impostor:

  1. Reconozco mis logros (por más chiquitos que parezcan) y agradezco las cosas buenas que me pasan. A mí me sirve mucho recapitular por las noches, así que antes de dormir pienso en 3 a 5 logros o cosas fregonas que me pasaron en el día. Puede ser desde cosas como dejar mi inbox limpio, ayudar a alguien, conocer a una persona nueva, cerrar un proyecto que me emociona, el recibir buen feedback de parte de un cliente, etc. Ojo, muchas veces harás este ejercicio y pensarás en 10, 15 (o más) cosas, otros días muy apenas llegarás a 3. No importa. No te juzgues, sólo reflexiona y valora cada cosa que se te ocurra.

  2. Me recuerdo constantemente que a nadie le importa. Va otra vez, A NADIE LE IMPORTA. A veces le damos mil vueltas a algo, nos ponemos nerviosos, pensamos en todos los posibles escenarios en nuestra cabeza y luego lo hacemos y PUM, ¡no pasa nada! Que liberador, ¿no? El pensar que nadie está pendiente todo el día de ti, de tu cuenta de Instagram, de tu CV. Así que haz lo que quieras; publica esa historia, ese poema, esa foto, lanza ese nuevo proyecto, pinta ese cuadro…

  3. Pienso en todas mis virtudes, habilidades y conocimientos. Todo eso me da un punto de vista único. Todas esas cosas que traigo a la mesa son la razón por la que he hecho lo que he hecho, son la razón por la que otras personas siguen creyendo en mi trabajo y me permiten desarrollarlo todos los días. Reflexiona en todo eso que te hace único/a, escríbelo en las notas de tu celular y revísalo las veces que sea necesario. ¡Te prometo que ayuda!

Last but not least, siempre me recargo en las personas más cercanas que me apoyan y me echan porras. Las cuento con la palma de mi mano <3

Recuerda que el miedo siempre va a estar; sobre todo cuando estás por hacer algo nuevo o innovador. Está bien, hay que aceptarlo, pero no dejar que nos domine.


Piensa en lo siguiente:


Si estás en donde estás, no puede ser producto de la suerte; al final, la suerte es la mezcla de la oportunidad y la preparación. Te preparaste para llegar hasta aquí y además tuviste el coraje de tomar la oportunidad con todo y los miedos que eso conllevaba. 

¡Creétela, mereces lo que tienes y lo que sueñas!